Romanos 6:23 & Romanos 3:23
Para responder a esta pregunta difícil, déjame contarte una historia. Una vez, hace mucho tiempo, habían dos amigos que habían pasado juntos por la escuela y la universidad. Eran los mejores amigos, pero finalmente se alejaron y fueron por caminos separados. Uno de los amigos se convirtió en un juez inteligente y sabio, mientras que el otro tomó malas decisiones y se convirtió en un criminal. El cual; pronto fue atrapado y llevado ante su amigo el juez. El sabio juez reconoció a su viejo amigo y enfrentó el dilema que Dios enfrenta a menudo.
El juez tenía que ser justo, no podía dejar ir a su amigo sin el castigo correcto, pero también quería ser misericordioso porque amaba a su amigo. Al final, el juez multó al criminal con la pena correcta por el delito porque eso era justo. Sin embargo, inmediatamente después de su decisión, el amigo sabio se acerco al convicto y le dio un cheque por el monto de la pena. Le dijo que pagaría la multa. Es to fue ser misericordioso. Si el juez puede hacer ambas cosas, ¿por qué no lo podría Dios?
En Romanos 6:23 la Biblia dice; “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” y Romanos 3:23 lee; “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Entonces, si todos hemos pecado, todos merecemos morir, eso sería justo. Pero Dios nos ama tanto que él; “Envió a su único hijo a morir en una cruz para que podamos tener el don de la vida interna”. Tuvo piedad. Ser justo y ser misericordioso es como el helado de fresa y chocolate. Son diferentes pero siguen siendo helados. Nos debe traer alegría saber que Dios mejor que nosotros sabría cómo ser misericordioso y justo. También nos debe traer ganas de seguir conociendo a Dios más cada día y luchar por imitarlo en ser mejor el uno con el otro.